El Ratón Perez (Versión original)

"Sembrad en los niños la idea ,

aunque no la entiendan:

los niños se encargaran de

descrifrarla en su entendimiento

y hacerla florecer en su corazón"

Entre la muerte de del rey que rabió y el advenimiento al trono de la reina MariaCastaña, existe un largo y obscuro período en las crónicas de que quedan pocas memorias. Consta sin embargo que florecío en aquella época un rey Buby I gran amigo de los niños pobres y protector decidido de los ratones. Fundó una fabrica  de muñecos y caballos de cartón para los primeros y sabese de cierto, que de esta fabrica procedian los tres caballitos  cuatrablos , que regaló al rey D. Bermudo el Diácono a los niños de Hissén  I, después de la batalla de Bureva.

Consta también que el rey Buby prohibió severamente el uso de ratoneras y dictó muy discretas leyes para encerrar en los límites de la defensa propia de los instintos cazadores de los gatos:  lo cual resulta probado , por los graves disturbios que hubo entre la reina Doña Goto o Gotona, viuda de D. Sancho Ordónez , rey de Galicia y la Merindad de Ribas de Sil , a causa de haberse querido aplicar en estas leyes del rey Buby al gato del Monasterio de Pombeyro , donde aquella reina vivia retirada.

El caso fue grave y sus memorias muy duraderas por mas que unos autores digan que el gato en cuestión se llamaba Russaf Mateo, y otros lo llamaban simplemente Minini. De todos modos el hecho resulta probado , aunque nada diga sobre ello Vaseo , ni tampoco lo mencionó el Cronicón Iriense , y el bueno de D. Lucas de Tuy haga como que se olvida del caso, quizás, quizás por conveniencia.

Consta tambien de que el rey Buby comenzó a reinar a los seis años bajo la tutela de su madre , señora muy prudente y cristiana , que guiaba sus pasos y velaba a su lado , como hace con todos los niños buenos el ángel de la guarda.

Era entonces el rey Buby un verdadero encanto y cuando en sus dias de gala le ponían su corona de oro y su real manto bordado , no era el oro de su corona lo mas brillante  que el de sus dorados  cabellos, ni mas suaves los armiños de su manto que la piel de sus mejillas y sus manos.  Parecía un muñequito de Sévres que una vez colocado sobre la chimenea , lo hubieran puesto sentadito en el trono.

Pues sucedió , que comiendo un dia el rey unas sopitas , se le empezó a menear un diente. Alarmosé la corte entera, y llegaron uno tras otro, los médicos de Cámara . El caso era grave, pues todo indicaba que había llegado para Su Majestad la hora de mudar los dientes.

Reunióse en consulta toda la Facultad ; telegrafióse a Charcot , por si venia complicación nerviosa , y se decreto al cabo de sacar a S.M. el diente.  Los médicos quisieron cloroformizarle , y el Presidente del  Consejo sostuvo porfiadamente esta opinión , por ser él tan impresionable, que nunca dejaba de hacerlo cada vez que se cortaba el pelo.

Pero el rey Buby era animoso y valiente y empeñóse en arrostrar el peligro él cara a cara . Quiso , sin embargo, confesarse antes, porque la faena hecha no ocupa lugar , y después de todo , lo mismo puede escaparse el alma por la herida de una lanza que por una mella de diente.

Atáronle , pues, al suyo una hebra de seda encarnada , y el médico mas anciano comenzó a tirar con tanto pulso y acierto , que a la mitad de del empuje hizo el rey un pucherito y saltó un diente tan blanco , tan limpio y tan precioso como una perlita sin engaste .

Recogiólo en un azafate de oro el gentilhombre  Grande de  guardia  y fue a  presentarlo a S.M la reina . Convocó esta al punto el Consejo de Ministros y dividieronse las opiniones.

Querian engarzar en oro unos el  dientecito y guardarlo en el tesoro de la Corona y los otros colocarlos en el centro de una rica joya y regalarlo a la imagen de la Virgen , patrona del reino . Parecia que los ministros tenian mas deseos de halagar a la madre que servir a la reina. Mas que como esta señora que como mujer lista no fiaba de los aduladores  y era muy prudente y amiga de la tradición decidió que el rey Buby escribiese al Ratón Pérez  una atenta carta , y pusiese aquella misma noche el diente debajo de su almohada , como ha sido y es uso común y constante en de todos los niños desde que el mundo es mundo, sin que haya memoria de que dejase nunca el Ratón Pérez de venir a recoger el diente y dejar a cambio un espléndido regalo.

Asi lo hizo ya el justo Abel en su tiempo, y hasta el mismisimo pícaro de Caín puso su primer diente amarillo y apestoso como un ajo, escondido entre la piel de perro negro que servia de cabecera . De Adán y Eva  no se sabe nada , lo cual a nadie extraña , porque como nacieron grandecitos , claro esta que no mudarón los dientes.

Apuradillo se vio el rey Buby para escribir la carta , pero consiguioló al cabo y no sin grande suerte pues tan solo consiguio mancharse de tinta los cinco dedos de cada mano, la punta de la nariz, la oreja izquierda , un poco del borceguí derecho y todo el babero de encajes de arriba a abajo.

Acostóse esa noche mas temprano que de costumbre y mandó dejasen encendidos en la alcoba todos los candelabros y y arañas. Puso con mucho primor debajo de la almohada la carta con el diente dentro y sentosé encima dispuesto a esperar al Ratón Pérez aunque fuese necesario esperar hasta el alba.

Ratón Pérez se tardaba y el reyecito se entretuvo en pensar el discurso que había de pronunciarle . A poco abría mucho Buby los ojitos luchando contra el sueño que se los cerraba ; cerróselos al fin del todo y el cuerpecito se le resbaló buscando el calor de las mantas y la cabeza se le quedo sobre la almohada , escondida tras un brazo , como esconden los pajaritos la suya debajo el ala.

De pronto sintio uan cosa suave que le rozaba la frente . Se incorporó de un brinco , sobresaltado , y vio delante de si de pie sobre la almohada un ratón muy pequeño , con sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de lienzo crudo y una cartera roja terciada a la espalda.

Lo miró el rey Buby muy espantado y el Ratón Pérez  al verlo despierto se quito el sombrero hasta los pies , inclino la cabeza según el ceremonial de la corte  y en esta actitud reverente  espero a que el rey le hablase.

Pero S.M no dijo nada,, porque se le olvido el discurso de pronto y despues de pensarlo mucho solo puedo articular un azorado:

-Buenas noches...

A lo cual respondio el raton profundamente conmovido:

- Dios se las de buenas a su Majestad.

Y con estas cortesas razones quedaron el raton y el rey siendo los mejores amigos del mundo. Se veia a la legua que era un ratón muy de mundo acostumbrado a pisar alfombras  y al trato social con personas distinguidas . Su conversación era variada e instructiva y su erudición pasmosa. Habia viajado por todas las cañerias y sotanos de la corte y anidado en los archivos de la corte y la biblioteca: solo en la Real Academia se comío al menos en una semana tres manuscritos ineditos que habia depositado cierto autor ilustre . Hablo tambien de su familia , que no era muy numerosa, dos hijas ya casaderas, Adelaida y Elvira y un hijo adolescente, Adolfo que seguía la carrera diplomatica , en el cajón mismo que el Ministro guardaba sus actas secretas. De su mujer habló poco y como de paso , por lo que sospecho el reyecito que habia alli una messa alianza o dimensiones matrimoniales.

Oia todo esto el rey embobado , extendiendo de cuando en cuando maquinalmente su manita para cogerle el rabo. Mas el ratón con una oscilación rapida y ceremoniosa ponia el rabo en otra parte , burlando asi el intento del niño sin faltar al Monarca.

Era ya tarde y como el rey Buby no pensaba en despedirle , Ratón Pérez insinuó habilmente sin faltar a la etiqueta , que le era forzoso acudir aquella misma noche a la calle Jacometrezo numero 64 para recoger el diente de otro niño muy pobre, llamado Gilito . Era un camino áspero y peligroso , porque habia en el vecindario un gato muy malintencionado que llamaban D Gaiferos.

Quiso el rey Buby acompañarle en la expedición y asi se lo pidio al ratón con ahinco. El se quedo pensativo atusandose los bigotes , era una gran responsabilidad  y debia detenerse en su casa a recoger el regalo para Gilito a cambio de su diente.

El rey Buby

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